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La creativa apuesta de Toledo por la educación sostenible

agosto 27, 2024

Los centros educativos de Toledo, como el CEIP Inmaculada Concepción y el IES Alonso Ercilla, han demostrado un fuerte compromiso con la educación sostenible. A través de iniciativas como la creación de bancales en los patios escolares y actividades interdisciplinarias, como la cianotipia, estos centros utilizan el huerto escolar como una herramienta educativa poderosa, integrando asignaturas como química y arte en su currículo.

Al CEIP Inmaculada Concepción de Totanés (Toledo), perteneciente a un pequeño pueblo en el árido centro peninsular, no le frena nada ante su convicción de que un huerto escolar es una herramienta educativa poderosa y necesaria. A pesar de no contar con sistema de dotación de agua instalado y de tener un espacio reducido en su patio, decidieron transformar parte de su arenero de juegos en un bancal con varios surcos para plantar, además de las mesas de cultivo que ya poseían. Para poder regar instalaron un bidón que recoge el agua de lluvia y, cuando es necesario, el personal del ayuntamiento está atento para pasar con su camión cisterna y rellenarlo de agua directamente a través de la valla.

El CEIP Pedro Melendo García de Olías del Rey (Toledo) ha demostrado que la colaboración a nivel local entre organizaciones, instituciones y la ciudadanía es esencial. En Olías del Rey, los huertos urbanos del ayuntamiento han permitido que los vecinos y vecinas compartan sus conocimientos sobre horticultura con el alumnado. Durante un tiempo, han enseñado y brindado la oportunidad de practicar en sus bancales. Finalmente, este curso, el centro educativo ha puesto en marcha su propio huerto.

En el IES Alonso Ercilla de Ocaña (Toledo), el alumnado de secundaria aborda materias más complejas en su currículum escola, como la química. Este instituto ha logrado integrar estas disciplinas de manera transversal en el huerto, relacionándolas también con el arte. Para explorar la biodiversidad vegetal que alberga su huerto, propusieron una actividad interdisciplinaria en la que recolectaron hojas y flores para practicar la cianotipia, el primer método de impresión conocido. Los resultados fueron collage creativos que adornaron sus pasillos de manera educativa.