El catedrático de la Universitat de València Antonio Camacho señala que el cambio de color en las aguas de l’Albufera «puede ser temporal o no»
¿Y ahora qué? ¿Cuánto va a durar el actual el tono rojizo de l’Albufera? No se sabe, admite Antonio Camacho, el catedrático de Ecología y director del grupo de Limnología del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva que he llevado a cabo la investigación en la Universitat de València sobre las aguas de l’Albufera.
«Este cambio puede ser algo temporal o no, al desconocer la causa no podemos saber la evolución», razona. «Estamos estudiando el genoma entero de este microorganismo para conocer sus preferencias ecológicas y características metabólicas», explicaba ayer a Levante-EMV.
«Cuando dispongamos de la información completa y podamos analizar los datos de forma totalmente rigurosa se realizará una publicación científica», avanzaba.
Información clave
«Esta será útil no solo para aportar este conocimiento al acervo científico, sino también para que la información sirva a los gestores para la conservación de este patrimonio natural valenciano tan importante que es l’Albufera», remarcaba el catedrático de Ecología. Camacho lidera al grupo de investigadores de la Universitat de València involucrados en el proyecto europeo Life Wetlands4Climate, que ensaya las diferentes formas de gestionar los humedales mediterráneos para convertirlos en aliados contra el cambio climático, en lugar de emisores de gases de efecto invernadero que suponen cuando presentan mal estado. Una iniciativa cofinanciada por la Unión Europea y que está actuando experimentalmente sobre estos enclaves mediterráneos.
¿Qué provoca el color?
Un microorganismo nunca antes identificado está detrás del color rojizo que presentan las aguas de l’Albufera durante los últimos meses. Se trata de una cianobacteria capaz de captar la luz que otras no aprovechan, lo cual le confiere una ventaja muy competitiva en un medio poco transparente como es el caso. La investigación la ha llevado a cabo la Universitat de València, con Antonio Camacho como máximo experto al frente del estudio.
Leptolingbyaceae
Lo cierto es que detrás de esa coloración anómala está un tipo de fitoplacton, una cianobacteria, que es capaz de captar mejor la luz ya que posee un pigmento específico, la ficoeritrina. «Ha aprovechado mejor las condiciones de la laguna somera y se ha impuesto», remarca Camacho, quien destaca que en las analíticas llevadas a cabo el nivel de clorofila se había prácticamente duplicado respecto a los valores habituales. «Debido al crecimiento de esta cianobacteria se ha duplicado la densidad del fitoplancton sobre la que ya existía», comenta. «Este microorganismo es una cianobacteria de la familia de Leptolingbyaceae no descrito hasta ahora», insiste.
Camacho recuerda que llegó incluso a barajarse la posibilidad de que la tonalidad anaranjada pudiera deberse a la paja en contacto con el agua. Algo que fue descartado.
FUENTE: Minerva Mínguez | @minervamínguez | Periódico Levante-EMV