Técnicos de la UVEG se han desplazado a las Malladas de La Albufera para estimar el efecto de las siegas sobre el balance de carbono en este humedal.
Las malladas son depresiones que surgen entre los grandes conjuntos dunares, donde predominan los suelos limosos que hacen que se encharquen con las lluvias en invierno y se sequen en verano, lo que supone un gran foco de biodiversidad y las convierte en hábitats prioritarios para la Comisión Europea. En el Parque Natural de l’Albufera, estos ecosistemas están gestionados por el Servicio Devesa-Albufera del Ayuntamiento de Valencia y han sido objeto de dos proyectos lIFE para su recuperación, el LIFE Duna y el LIFE Enebro.
Una vez delimitadas las microparcelas experimentales, realizan una medición inicial del balance de carbono, que comparan con los obtenidos un mes después tras segar en estas parcelas, y de este modo conocer qué efecto tiene esta acción de gestión de la vegetación sobre el balance de carbono en este humedal. Para cada acción se delimitan seis parcelas, tres de control y tres donde se realizan las acciones. Durante el análisis se toman muestras de diferentes tipos (agua, sedimentos, etc.) de las que se mide tanto la evolución de los procesos biogeoquímicos (carbono, metano, producción de CO2, etc), como la evolución de las comunidades microbianas de agua y suelo, productores primarios y parámetros abióticos del agua y sedimentos.
Las botellas se meten en el sustrato para medir la producción primaria. En paralelo se utilizan unas botellas transparentes para medir la fotosíntesis y respiración y otras botellas opacas para medir solo la respiración y poder hacer cálculos de producción primaria tanto de microorganismos a nivel de suelo como del placton.
Este mismo proceso es el que se seguirá para analizar las diferentes acciones de manejo de la vegetación además de las siegas, como son los fangeos o los decapados, y así comprobar cuál es la más óptima en cuanto a balance de carbono se refiere.
