“Los humedales nos ayudan a prepararnos ante los efectos del cambio climático, a enfrentarlos y contrarrestarlos”.

La frecuencia de los desastres se ha duplicado en el mundo durante los últimos 30 años. Si en la década de los 90 ocurrían 160 catástrofes naturales de media al año, ese promedio ha aumentado hasta los 335 en la actual. Y los expertos consideran que está cifra seguirá creciendo en los próximos años. El Grupo Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) prevé que en el futuro habrá más fenómenos extremos acompañados, como viene siendo habitual, de altos costes humanos y económicos, sobre todo en las regiones más desfavorecidas del planeta.

El costo humano es trágico: 1,35 millones de personas murieron a consecuencia de los desastres entre 1996 y 2015. El 90 % de las muertes se produjeron en países de ingresos bajos y medios. En términos materiales, los desastres relacionados con la meteorología causaron daños por un valor de 3,3 billones de dólares entre 1980 y 2014.

Las inundaciones, los ciclones tropicales y las sequías son todos fenómenos relacionados con el agua. Por eso, en el Día Mundial de los Humedales, la Convención de Ramsar, tratado intergubernamental que ofrece el marco para la conservación y el uso racional de los humedales, destaca el valor de estos ecosistemas para combatir el cambio climático y sus efectos devastadores, haciendo una llamada a la acción para #MantenerLosHumedales.

“Los humedales nos ayudan a prepararnos ante los efectos del cambio climático, a enfrentarlos y a contrarrestarlos”, nos recuerda la Secretaría de la Convención. Y buen ejemplo de esto fue lo ocurrido en Estados Unidos en 2012, donde los pantanos costeros jugaron un papel crucial como primera línea de defensa para evitar los daños del huracán Sandy, cuyo valor habría superado los 625 millones de dólares, tal y como revelan investigaciones científicas publicadas en la revista Nature.

Por su parte, los humedales continentales funcionan como esponjas naturales, absorbiendo y almacenando el exceso de agua procedente de las precipitaciones y reduciendo las inundaciones. Durante la estación seca, liberan el agua almacenada, retrasando el inicio de las sequías y reduciendo la escasez de agua.

Además, los humedales desempeñan un papel importante en la estabilización de

las emisiones de gases de efecto invernadero al almacenar grandes cantidades de CO2 en su interior. Las turberas cubren alrededor del 3% de la tierra de nuestro planeta y almacenan aproximadamente el 30% de todo el carbono terrestre, el doble de la cantidad que todos los bosques del mundo juntos. Los humedales son los sumideros de carbono más eficaces de la Tierra.