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Agricultura intensiva, cambios en los usos del suelo incluidas modificaciones ilegales utilizando el SIGPAC, infraestructuras eléctricas, turismo masivo, contaminación, especies invasoras. Los humedales están altamente amenazados y estas son las principales causas que los están llevando a degradarse y/o desaparecer.

LAS GRANDES AMENAZAS DE ESTE SIGLO

LA IMAGEN INTERNACIONAL DE LOS HUMEDALES DE ESPAÑA

España exhibe con orgullo, siempre que tiene oportunidad, su presencia en los dos instrumentos principales de conservación de los humedales a nivel internacional: el Convenio relativo a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, o Convenio Ramsar; y la Iniciativa para los Humedales Mediterráneos (MedWet). A Ramsar se adhirió ya en 1982, es el tercer país por número de Humedales de Importancia Internacional aprobados, organizador de la COP8 en Valencia en 2002 y la COP25 en 2019, y miembro fundador de Medwet. Toda esa presencia internacional se ha visto muy empañada por el daño provocado a algunas de las joyas ecosistémicas españolas. Expedientes, sentencias y la inclusión en listas negras como el Registro de Montreaux del Convenio Ramsar (Doñana, Las Tablas de Daimiel) son pésimos argumentos para un país que se dice defensor de sus humedales.

Según el Plan 2030, “son siete los humedales de Importancia Internacional afectados por expedientes informativos o quejas Ramsar (Doñana, Daimiel, Mar Menor y Aiguamolls de l’Empordá, entre otros) y dos con procedimientos de infracción europeos (Delta del Ebro y Mar Menor)” y una sentencia en contra ya emitida (Doñana).

Pero tras los focos puestos en los ecosistemas dañados más conocidos hay una larga lista de zonas húmedas afectadas por distintas amenazas, la mayoría de origen antropogénico, a las que se ha prestado menos atención.

El Plan Estratégico 2030 se ha fijado como objetivos:

Las medidas que se aprueben para acometer estos fines necesitan financiación. El Plan Estratégico de Humedales de 1999, según reconoce el Gobierno en el aprobado recientemente, tuvo entre las “principales debilidades que lastraron de manera más contundente la ejecución, la notoria falta de recursos públicos, tanto de carácter financiero como humano, circunstancia que además, no parece haber mejorado con el tiempo”.

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De izquierda a derecha: ánade azulón, cernícalo vulgar y cogujada común en humedales de Tierra de Campos | DATADISTA

AGRICULTURA Y AGUA, LAS CLAVES

¿Qué está dañando los humedales actualmente? Considerando al frente de la lista los efectos acelerados que está teniendo en todas las masas de agua el cambio climático, según el Plan 2030, “en España, el grueso de las presiones que más pérdida y degradación de humedales provocan se originan esencialmente en el sector agrario (agricultura y ganadería) y el de la gestión del agua”, agudizado por la intensificación de los modelos de producción agrícola y ganadera.

El sector agrícola está implicado en las principales presiones identificadas, incluidos los cambios en el uso del suelo, la extracción excesiva de agua subterránea y su contaminación, especialmente con los nitratos procedentes de los fertilizantes y los purines.

Si la principal transformación de usos del suelo se produjo a mediados del siglo XX promovida desde el Gobierno de la dictadura y concretado en drenajes y desecaciones que transformaron miles de hectáreas de humedal haciéndolos desaparecer “bien en su totalidad (desaparición de grandes humedales como la laguna de Antela, la de La Janda o el Mar de Campos), bien de manera parcial (parte de las marismas del Guadalquivir o de las tablas manchegas), la transformación ha seguido ocurriendo en la actualidad aunque sea en menor medida”.

Trampas al SIGPAC y otros cambios irregulares actuales

El Plan 2030 reconoce haber detectado prácticas consistentes en que, “durante el periodo estival, se laborean las orillas y los lechos lagunares secos de pequeños humedales temporales, identificados en el SIGPAC como superficie no agrícola, pero integrados en parcelas mayores dedicadas al cultivo de secano. Tras dicho laboreo, los titulares de esos terrenos solicitan la incorporación de la nueva zona labrada al resto de la parcela que la engloba. El SIGPAC realiza la correspondiente comprobación mediante fotointerpretación, por lo que si la imagen ha sido tomada en verano resulta muy probable que se detecte una zona seca que ha sido labrada. En consecuencia, se modifica el uso anterior pasando a constituirse como tierra arable”.

Esta práctica, que demostraría una falta de control adecuado de la administración pese a conocer su existencia, implica un cambio de uso que no se ha valorado ambientalmente y un incremento de la superficie que se declara y por tanto cobra de la PAC, “por lo que incluso se subvenciona su explotación agraria con fondos financieros europeos y se obtiene el derecho a labrar sobre una laguna temporal que era un hábitat natural amenazado”. Ese cobro indebido es algo que, según el Plan, sucede “a menudo”.

Como solución, se propone que “el SIGPAC incorpore una cartografía adecuada de humedales (capa de humedales y turberas), lo que contribuirá a evitar transformaciones de humedales (…) a tierras agrarias que puedan incluso optar a percibir financiación”, apunta el Plan 2030.

Otro ejemplo que recoge el Plan 2030 es el del sitio Ramsar Aiguasmolls de l’Empordà, en el que “han ido desapareciendo durante los últimos años áreas de prados húmedos (“closes”), que se han transformado en arrozales, lo que además ha puesto en riesgo el acuífero debido al uso de aguas freáticas para el riego”.

Sobreexplotación de acuíferos

Si primero fueron los cambios de suelo de los propios humedales, posteriormente el protagonismo ha pasado al suelo que se ha transformado de forma masiva que no pertenece a los humedales pero compite con ellos por el agua. Después de la furia desecadora, la competencia por el agua ha provocado un efecto indirecto tan potente que se ha convertido en la mayor amenaza para los humedales. “Actualmente los regadíos y la intensificación agraria son los cambios de usos de suelo más impactantes para los humedales”, explica el Plan 2030, “tanto por la disponibilidad de agua” como “por su calidad”.

El cambio a regadío de cultivos tradicionalmente de secano como el viñedo en la Mancha o el olivar en Andalucía, la intensificación del cultivo de fruto rojo, arrancando para su plantación amplias zonas forestales, y en general la sobreexplotación de las aguas subterráneas para alimentar esta transformación al riego de los modelos productivos en España han provocado un profundo daño en los humedales y está por ejemplo de nuevo tras el daño a Las Tablas de Daimiel y a Doñana.

“La extracción excesiva de agua subterránea en nuestro país, especialmente en ciertas zonas del sur, centro y este, es un problema de grandes dimensiones y numerosos humedales que dependen de este tipo de aportes hídricos se están viendo gravemente afectados”, señala el Plan, que cita expresamente los ejemplos de Daimiel y Doñana.

Nitratos, pesticidas y otras formas de contaminación de las aguas

La contaminación con nitratos procedentes de los fertilizantes de la agricultura y los purines está tras la contaminación del acuífero Cuaternario bajo el Campo de Cartagena y, por conexión con este, tras el proceso de eutrofización del Mar Menor. Pero no es el único tipo de contaminación de las aguas que se cita como amenaza: “La presencia excesiva de nutrientes, fitosanitarios, pesticidas, fármacos, plásticos, microplásticos, nanocontaminantes diversos y distintos metales pesados como el plomo, constituyen un importante factor de amenaza global para los ecosistemas acuáticos en general y para los humedales en particular, que impacta directamente sobre sus hábitats y especies y tensionan su funcionamiento”.

“Durante las últimas décadas no ha dejado de crecer la superficie de regadío en España. En menos de 20 años se ha multiplicado por 4 la cantidad de agua subterránea empleada para uso agrícola, que consume el 80% del agua de nuestras cuencas hidrográficas”, dice el Plan 2030 .

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A la izquierda, las masas de agua subterránea en buen estado cuantitativo y sobreexplotadas. A la derecha, las masas de agua subterránea en buen estado químico y contaminadas, principalmente por nitratos.
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Sobre el estado de las masas de agua subterránea, un análisis de DATADISTA sobre el estado de cada una de las masas de agua subterránea recogidos en los planes de Tercer Ciclo (2022-2027), que han sido aprobados este año, muestra que el 44% de las masas de agua subterránea se encuentra ya en mal estado, ya sea por sobreexplotación, contaminación o ambas. Las masas que afectan al estado de Las Tablas, Doñana o el Mar Menor están entre las que arrojan algunos de los peores indicadores de todo el país.

Obras, turismo y parques eólicos

Otros tipos de cambios de uso que recoge el Plan 2030 como amenaza para los humedales son “la construcción de infraestructuras de transporte, energéticas, turísticas y recreativas, incluidas algunas deportivas”. A todo ello se reconoce que ha venido a unirse un sector impulsado en principio para luchar contra el cambio climático: las energías renovables. “Se están realizando desarrollos energéticos que están afectando a determinados tipos de humedales”, recoge el Plan. En concreto se refiere a “la instalación de parques eólicos en áreas turbosas de zonas de montaña sobre la que tienen graves impactos, tanto por la propia ocupación del terreno, como por las alteraciones que provocan en el funcionamiento del ecosistema”.

Presas, recrecimientos y captura de sedimentos

Otro de los cambios de uso que más efecto han tenido han sido las “numerosísimas acciones de recrecimiento y excavación de cubetas” con el objetivo de “elevar su nivel para alcanzar cotas de aprovechamiento hidroeléctrico, aumentar su capacidad de embalse para su uso como balsas de almacenamiento de agua o facilitar los aprovechamientos de pesca”. Además de estas modificaciones proactivas ha habido otras consecuencias de “prácticas agrarias no sostenibles o como efecto colateral de procesos de erosión y desertificación”, como es “el fenómeno de colmatación de cubetas causado por un excesivo aporte de sedimentos”.

La construcción y explotación de presas de embalse también es una alteración hidromorfológica en forma de “drástica disminución del aporte de sedimentos por la regulación aguas arriba”, como ocurre en el Delta del Ebro.

Especies invasoras

“Una de las mayores amenazas para la biodiversidad en términos globales”, según el Plan 2030, “provocan graves desequilibrios ecológicos en los humedales (incluidos procesos de eutrofización y anoxia), alteraciones de la estructura trófica y la composición específica, desplazando poblaciones autóctonas.

Fallos de control

El Plan se ve en la obligación de recordar que cuando existen “indicios de infracción (tipificadas en la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad) que afecten a especies y/o hábitats de humedal, especialmente en el caso de que pudieran ser constitutivos de delito contra el medio ambiente (…)” hay que hacer “partícipe a la correspondiente Fiscalía de Medio Ambiente y a la unidad del Seprona”.

Pero también de reconocer los fallos de control que aún hoy permiten que más de mil hectáreas de regadío fuera de ordenación y sin concesión de agua la extraiga del acuífero de Doñana, precisamente las que pretende transformar a regadío la Junta de Andalucía, o que no fuese hasta el primer episodio de mortandad masiva de peces y crustáceos en octubre de 2019 en el Mar Menor cuando la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir reconoció la existencia de más de 8.000 hectáreas de regadío ilegal en el Campo de Cartagena que contribuían al daño a la laguna.

“Resulta prioritario afrontar con urgencia (…) la sobreexplotación de aguas superficiales y subterráneas y el incremento de extracción derivado de actividades ilegales (…) y ejercer una vigilancia continuada y ejecutar controles sistemáticos, así como, por supuesto, aplicar las medidas de sanción administrativa que sean pertinentes”.

DIME QUÉ HUMEDAL ERES Y TE DIRÉ QUÉ TE AMENAZA

FORMACIONES SEDIMENTARIAS Y MESETARIAS
CARACTERÍSTICAS: Amplia tipología de humedales con la característica común de estar formados por sedimentación ya sea en grandes llanuras formadas por arrastre de materiales en los pies de zonas montañosas, ya en desembocaduras de ríos por el arrastre de material aguas arriba. Se incluyen humedales de la Depresión del Duero o submeseta Norte, la submeseta Sur, la depresión del Ebro y la depresión del Guadalquivir, incluidas las lagunas de Doñana. Gran variedad: desde las pequeñas lagunas de agua dulce de los páramos de León y Palencia, formadas por afloramiento de agua subterránea, lluvia y escorrentía; la gran laguna de La Nava o Mar de Campos; los humedales de interior de Galicia, en los que se incluiría la desecada laguna de Antela; las lagunas salinas de Villafáfila en Zamora y las del centro de la Mancha; las charcas de agua dulce junto a los Montes de Toledo; lagunas cráter de origen volcánico del Campo de Calatrava; tablas y encharcamientos del Guadiana y afluentes.
AMENAZAS: Aguas someras, tierras llanas, muy atractivas para su desecación y transformación en cultivos. Los situados en terrenos salinos se muestran algo menos dañados por la menor posibilidad de puesta en cultivo pero afectados por las extracciones para suelos cercanos que compiten por la misma agua. Los humedales dulces sí están muy afectados por los planes agrícolas y la puesta en cultivo e irrigación. Los costeros, altamente afectados por vertidos agrícolas y urbanos, sobreexplotación de aguas subterráneas, drenajes, cultivos y urbanismo extremo.

MANCHA HÚMEDA

Lagunas de las Yeguas y Villafranca, Laguna de la Vega, Laguna del Alcahozo, Laguna del Prado, Laguna del Taray, Laguna del Hito, Laguna de Manjavacas, y por supuesto las Tablas de Daimiel, los Ojos del Guadiana… La cuenca del Guadiana, y en concreto el Alto guadiana, es (o era) una maravilla hidrogeológica de aguas superficiales y subterráneas, con sistemas sedimentarios y kársticos, conectadas en gran medida entre sí. Un ejemplo en plena planicie seca de cómo el agua subterránea puede discurrir bajo el suelo de una masa a otra y brotar en forma de manantial, crear humedales, aportar al caudal de un río, reventar en llanura y cómo ríos casi sin cauce definido en algunos tramos pueden desparramar el agua en la planicie formando tablas, uniéndose al agua subterránea aflorada.

Humedal salino de la laguna de Peñahueca en Villacañas (Toledo)
Humedal salino estacional (se seca en verano) de la laguna de Peñahueca en Villacañas (Toledo) | DATADISTA

El propio concepto de Mancha húmeda, recuerdan Casado y Montes en su Guía de los Lagos y Humedales de España, es “una expresión que en sí misma refleja la contraposición de rasgos ambientales, ya que la palabra ‘mancha’ deriva de una raíz árabe que significa sin agua”.

“En tramos de la zona central de la Llanura Manchega, donde concurren las corrientes de los afluentes Záncara y Cigüela con el río Guadiana, de escasa pendiente, los drenajes del acuífero daban lugar a amplias zonas palustres que, hasta mediados del siglo pasado, superaban las 30.000 hectáreas de superficies húmedas”, explican los documentos del Plan de Tercer Ciclo (2022-2027) de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. “Todo este complejo, que suponía un contraste con el entorno semiárido de la Mancha, mereció la declaración de Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda y, en algunos casos, ser incluido en la lista de Humedales de Importancia Internacional de RAMSAR. Este sistema de humedales es muy vulnerable a las variaciones climáticas, así como a las acciones antrópicas”.

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De izquierda a derecha: grullas, mochuelo y abejaruco en la laguna de El Hito | FGN

Dicen Casado y Montes que “en el corazón de La Mancha, mejor que en parte alguna, se comprueba el papel de los humedales como islas acuáticas en un mar seco y la gran aportación a la diversidad natural del territorio que suponen”.

El daño a los humedales del Alto Guadiana es, para empezar, otro ejemplo de la persecución histórica de las zonas húmedas en este país, potenciada con la Ley franquista de 1956 de Saneamiento y colonización de los terrenos pantanosos en los márgenes de los ríos Guadiana, Cigüela, Záncara y afluentes. Con el objetivo de desecar tanto terreno como fuese posible y transformarlo en terrenos de cultivo, se canalizaron y rectificaron cauces. Miles de hectáreas se pusieron en riego con la plantación de maíz y remolacha y se inició una carrera de perforaciones para regar con agua subterránea que fue bajando en pocos años los niveles freáticos de los acuíferos que alimentaban el sistema.

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La imagen de la izquierda muestra la situación de los ojos del Guadiana en 1956. La imagen de la derecha, la situación actual | IGN

Bastó una década de perforaciones para secar los Ojos del Guadiana. El IGME ha calculado que, entre 1979 y 1995 se registraron descensos en el agua subterránea en el punto piezométrico situado en los Ojos del Guadiana de 37 metros. Solo reaparecieron al final del periodo especialmente húmedo entre 2009 y 2013, lo que dio esperanza en la capacidad de recuperar parcialmente el funcionamiento natural de las masas si se respeta el ciclo.

El acuífero 23 (hoy dividido en las masas Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus-Valdelobos) dejó de aportar agua a los ríos para recibirla de estos. Las áreas húmedas de la superficie como las Tablas, reducidas drásticamente por los procesos de encauzamiento y desecación, se redujeron aún más hasta prácticamente desaparecer.

“El descenso de los niveles piezométricos hace que el sistema quede desconectado de los cauces fluviales y, por tanto, desaparece la aportación subterránea del acuífero al caudal de los ríos. Las áreas húmedas se reducen drásticamente y las zonas que antes recibían la descarga del acuífero pasan a producir infiltración hacia este”, añaden los citados documentos de la CHG.

LAGUNA DEL HITO, REFUGIO DE GRULLAS

“El espacio Red Natura 2000 denominado Laguna de El Hito se encuentra entre los términos municipales de El Hito y Montalbo, situado a unos 830 metros de altitud, en la zona centrooccidental de la provincia de Cuenca, en la comarca de la Mancha Alta. La laguna se sitúa entre dos elevaciones, en una cuenca endorreica, con unos periodos de inundación muy fluctuantes a lo largo de los años. Se caracteriza por su gran extensión, poca profundidad, ausencia de vegetación palustre y presencia de amplias zonas de pastizal”. Esta descripción que figura en el Plan de Gestión Red Natural 2000 de la laguna de El Hito encierra un enorme valor.

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De izquierda a derecha: mirador de El Hito, salicornia ramosissima y un águila calzada en la laguna del Hito | DATADISTA

Su posición en medio de una amplia zona de secano, su lejanía con respecto a otras lagunas, su carácter endorreico, su escasa profundidad, hacen de ella la estación de servicio perfecta que aparece de repente en el camino migratorio de las grullas cuando estas llevan rato con el piloto del depósito encendido. Allí pueden hacer escala, pueden dormir, porque duermen en el agua y el carácter somero de esta laguna se lo permite y pueden incluso quedarse de invernada.

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La imagen de la izquierda muestra la situación de la laguna del Hito en 1956. La imagen de la derecha, la situación actual | IGN

“Esta especie hace escala en esta laguna en su migración desde los lugares de cría hasta las dehesas del sureste peninsular, por lo que sustenta un proceso imprescindible para la conservación de esta especie”, explica el Plan de Gestión.

El Hito es un claro ejemplo de la importancia de la existencia, en las zonas secas, de estas escalas en los caminos migratorios, habiendo llegado a contabilizarse 10.000 grullas algún año.

Casado y Montes destacaban también en su Guía de Lagos y Humedales su “situación alejada y diferencial, a más altitud, respecto al complejo manchego central”.

Grullas en la laguna de El Hito en
        diciembre de 2022
Grullas en la laguna de El Hito en diciembre de 2022 | FGN

Entre las grandes amenazas de la laguna, a pesar de haber sido declarada Reserva Natural por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha hace más de dos décadas, ha estado durante mucho tiempo en la agricultura, las explotaciones ganaderas, una de las cuales estaba instalada en el propio espacio de la laguna, y el uso del entorno del humedal como vertedero de todo tipo de residuos. El actual proceso de recuperación por parte de la Fundación Global Nature como gestora de un proyecto LIFE dirigido a regenerar el enclave, ha incluido la adquisición de tierras, la limpieza de los residuos del entorno y la recuperación de vegetación autóctona capaz de retener los sedimentos procedentes de plantaciones de la zona que estaban poniendo la laguna en riesgo de colmatación.

HUMEDALES DE ALTA MONTAÑA Y MEDIA MONTAÑA
CARACTERÍSTICAS: Origen glaciar, creados en cubetas naturales entre montañas. La colmatación hace a algunos lagos ir evolucionando a humedales con mucha mayor interacción con el medio terrestre. Sistemas de aguas frías, transparentes, poco mineralizadas, baja alcalinidad, saturación de oxígeno, muy pobres en nutrientes.
AMENAZAS: - Estaciones de esquí, captaciones para suministrar agua a complejos hoteleros y sistemas de nieve artificial.
- Cubetas alteradas por represas para explotación hidroeléctrica.
- Eutrofización por visitantes y ganadería.
- Parques eólicos.
- Especies invasoras.

EJEMPLOS:

Situación de Las Tablas de Daimiel a finales de septiembre de 2022
Fotografía aérea de la Laguna Negra (Soria) | IGN

LA LAGUNA NEGRA DE URBIÓN (SORIA)

PEÑALARA, EJEMPLO DE REGENERACIÓN

Según el estudio Las lagunas del Macizo de Peñalara (Sierra de Guadarrama): De los primeros naturalistas y científicos a los problemas de conservación a comienzos del siglo XXI, de Manuel Toro Velasco, las “lagunas y humedales del Macizo de Peñalara constituyen el único complejo lacustre de origen glaciar en la Sierra de Guadarrama (Sistema Central Español)”. Su creación se sitúa entre finales del Pleistoceno y comienzos del Holoceno, “tras la retirada de los hielos de la última glaciación” y la posterior actividad periglaciar.

En un estudio de la Comunidad de Madrid titulado Laguna Grande de Peñalara: diez años de seguimiento limnológico, publicado en 2006, poco después de su inclusión como humedal Ramsar, se explica que en el macizo de Peñalara se encuentra un conjunto de humedales de alta montaña entre los que se encuentran dos lagunas permanentes (Peñalara y Pájaros), una temporal (Claveles) junto a numerosas charcas y lagunillas menores, así como prados hidroturbosos y arroyos de montaña. “El relativo aislamiento geográfico respecto a otros sistemas montañosos les confiere una singularidad y un valor especial como refugio de especies y escenario de procesos característicos de la alta montaña y ambientes de morfología glaciar”.

En total, añade, “se han inventariado 242 charcas y lagunas naturales de alta montaña de origen glaciar, sin contar las numerosas turberas existentes en este espacio. (…) De entre todos estos humedales destaca la laguna Grande de Peñalara por su tamaño y localización en un circo de singular belleza”.

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La imagen de la izquierda muestra la situación de las lagunas de Peñalara en 1956. La imagen de la derecha, la situación actual. | IGN

A finales de 2022, por acuerdo del Consejo de Ministros a instancias del Ministerio de Transición Ecológica, se decidió incluir por primera vez aguas lacustres dentro de la declaración de nuevas reservas hidrológicas como parte del tercer ciclo de planificación. Entre las 19 reservas naturales lacustres incluidas estaba la laguna Grande de Peñalara, una decisión aplaudida por las organizaciones ecologistas que lamentaron, sin embargo, que la protección no se extendiese a todo el complejo lagunar o al menos a las lagunas de Claveles y los Pájaros.

Hasta su declaración como Parque Natural de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara en 1990, la conservación del macizo, que había sido declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1930, se vio seriamente amenazada por diferentes intereses, fundamentalmente los turísticos.

En estos tuvo especial protagonismo, tras la llegada del tren a Cotos, la construcción de la Estación de Esquí de Valcotos, iniciada en 1969, y la posterior decisión (1975) del Gobierno de clasificar Peñalara como Centro de Interés Turístico Nacional, figura ideada en 1963 por el Ministerio de Turismo franquista de Manuel Fraga Iribarne que daba importantes ventajas a la inversión privada para desarrollar urbanísticamente enclaves turísticos, sobre todo de playa pero también de montaña.

“Aunque el desarrollo urbanístico no llegó nunca a materializarse, los objetivos de los propietarios de la estación de Valcotos se enfocaron al desarrollo de la estación de esquí”, explica Toro, con obras muy agresivas como las destinadas a producir nieve artificial, con desviación y canalización de aguas o creación de embalses artificiales sin las necesarias licencias ni autorizaciones, lo que derivó en la denuncia de las obras por la Comunidad de Madrid y el inicio de la restauración de lo modificado.

En 1997, ante los evidentes daños a la laguna, se suspendió la travesía a nado del primer domingo de agosto que llevaba celebrándose 70 años. Fueron los propios organizadores los que decidieron ponerle fin ante la evidente contribución a la degradación y eutrofización de la laguna así como a la desaparición de la vegetación a su alrededor provocada por la congregación de entre 2.000 y 3.000 personas cada año.

Otro de los daños vino porque la laguna de Peñalara, descrita por el geólogo Casiano de Prado en 1864 como laguna que “no cría peces”, acabó teniéndolos aunque de “una única especie piscícola”, explica Toro. Se trató del “salvelino o trucha de manantial, introducida en algunos sistemas montañosos ibéricos con fines de pesca deportiva desde finales del siglo XIX”.

Fue “a finales de los ochenta” del siglo pasado cuando “comenzó a darse la voz de alarma a través de la prensa, revistas naturalistas y otros medios de divulgación del notable deterioro que estaba sufriendo el famoso enclave madrileño de Peñalara”, explica Toro. "Campistas, excursionistas, colegios invadían los alrededores de la laguna, se acumulaban residuos y basuras”. La laguna daba muestras de comenzar a eutrofizarse. La erosión de los márgenes “fue otro de los impactos más graves".

La declaración de Parque Natural por la Ley 6/1990 y su inclusión en el Catálogo de Humedales de la Comunidad de Madrid en 1991 iniciaron la toma de medidas de protección, como la prohibición del baño en la laguna de Peñalara y la de acampar en todo el Parque o la limpieza de las zonas más degradadas. Pero la que se considera la medida clave fue la expropiación de la Finca de Valcotos a finales de 1998 por la Comunidad de Madrid y el inicio de un proyecto considerado pionero que incluía el desmantelamiento de la estación de esquí, la restitución parcial del relieve original, la recuperación del drenaje natural y de especies autóctonas de vegetación, así como la erradicación del salvelino. Esto último se ha comprobado que no es tarea fácil. Hoy se sigue luchando en Peñalara por su erradicación.

SISTEMAS KÁRSTICOS
CARACTERÍSTICAS: En los acuíferos kársticos se llegan a formar, además de otros afloramientos, humedales por la interacción de las aguas subterráneas con la roca cuando esta es soluble, sobre todo caliza pero también en yesos. A resultas de la disolución, se van formando canalizaciones por las que circula el agua, que sigue disolviendo la roca hasta generar embudos e incluso el colapso en superficie, que forma cubetas y está en el origen de la formación de muchos humedales. Sus aguas son mineralizadas y alcalinas, aunque con rangos de concentración muy variados, cargadas de sales, con escasez de fósforo, frías y oxigenadas sin apenas nutrientes, por lo que son medios acuáticos oligotróficos.
AMENAZAS: Sus formas abruptas los han mantenido parcialmente al margen del proceso de desecación en España pero la rápida circulación del agua bajo el suelo hace que, incluso niveles no muy altos de extracciones en superficie, afecten rápidamente a todas las masas asociadas, lo mismo que ocurre con la rápida circulación de aguas contaminadas. Según Casado y Montes, “si la presión de uso es excesiva, como lamentablemente ha ocurrido en algunos de nuestros enclaves kársticos más famosos, véase el caso extremo de las Lagunas de Ruidera, las características del medio acuático pueden sufrir un deterioro difícilmente reversible”. Otro de los riesgos ha sido la explotación de los puntos de salida del agua con fines de producción hidroeléctrica, modificando su estado natural para convertirlo en regulado.

EJEMPLOS:

LAS LAGUNAS DE RUIDERA

Situación de Las Tablas de Daimiel a finales de septiembre de 2022
Fotografía aérea de las lagunas de Ruidera (Albacete y Ciudad Real) | IGN

AMENAZAS:

- “La consideración de posible dominio privado aplicado a las cubetas lacustres así como a sus orillas, por las Leyes de Agua, en el siglo XIX, ha sido responsable de una serie de graves impactos que ha afectado a este vulnerable sistema.

- En el XX, destacaron los efectos negativos provocados por los aprovechamientos hidroeléctricos que exigieron no sólo la merma de caudales a diversos y prolongados trechos del valle sino, también, la perforación de túneles en las barrera;

- Un urbanismo incontrolado durante varias décadas que degradó el paisaje pero también las estructuras de los edificios tobáceos.

- Una agricultura que pasó de secano a regadío con el consiguiente descenso de los niveles freáticos que llevó a la sobreexplotación temporal del acuífero y aumentó la contaminación agraria difusa.

- Contaminación de origen doméstico, agrícola y turístico que han sufrido las aguas y que ha interferido en la actividad natural constructora de toba.

- Circunstancias ambientales adversas para las tobas, en especial, vinculadas a los períodos de sequía o a los eventos de riada” (IGME).

HUMEDALES COSTEROS
CARACTERÍSTICAS: Formados por interacción más o menos asimétrica entre aportes fluviales y marítimos junto a escorrentía y precipitación. Aguas bastante mineralizadas, en muchas ocasiones salinas pero también de agua dulce por aportes fluviales o de aguas subterráneas sin contacto con el mar. Rasgos diferenciales dependiendo de la costa.
AMENAZAS: - Grandes desecaciones de los años del desarrollismo. “Vastas extensiones de marismas, decenas de miles de hectáreas en el caso del Guadalquivir, se han puesto en cultivo, a veces sin asegurar siquiera su viabilidad, como ocurrió en las gaditanas marismas del Guadalete, desecadas y abandonadas por la improductividad de sus suelos salinos” (Casado y Montes).
- Turismo y urbanismo descontrolado, unidos a las aguas residuales derivadas de los mismos.
- Técnicas de acuicultura intensiva, como en las marismas del Piedras (Huelva).
- Conversión de grandes extensiones en arrozales, sobre todo en el litoral levantino aunque, reconocían ya Casado y Montes, esto ha creado hábitats acuáticos alternativos. Los pesticidas, plaguicidas y fertilizantes se han convertido en un grave problema para las marismas del Guadalquivir, delta del Ebro y L’Albufera de Valencia.