El tapiz de la vida, del que formamos parte, que nos entreteje y nos atraviesa
Reflexión abierta por el Día Mundial del Medio Ambiente
El 5 de Junio es el DÍA DE reservado por el mundo entero para acordarnos del medio ambiente. Hay muchos días de globales a lo largo del año (139 para ser exactos). Algunos de efemérides curiosas: la televisión, la amistad, o el yoga, y uno de ellos – 22 de mayo – está especialmente dedicado a la Diversidad Biológica: a la variedad de vida, de genes, ecosistemas, y especies, que hay en la faz de la tierra.
Cada año el Medio Ambiente, en su 5 de Junio, elige un slogan, un tema central, algo por lo que luchar para hacerse un hueco en los medios. Y de entre todos los temas que incluye (capa de ozono, gestión de productos químicos tóxicos, desertificación, calentamiento global) este 2020 se ha dedicado, como no, a la BIODIVERSIDAD. Porque aunque tenga día propio y lo hayamos celebrado hace un par de semanas, la magnitud de esta crisis silenciosa es tal que en 2020 no es que tenga uno o dos días, es que todo el año iba a girar en torno a este tema (hasta que llegó el COVID-19 claro). Y es que aunque los datos hablan por sí solos no conseguimos que llegue el mensaje. Por ser complicado de entender, dicen algunos. Dedico hoy pues esta reflexión a traducir esa supuesta complejidad.
Nos estamos quedando si variedad: hemos simplificado al máximo el número de especies vegetales y animales que comemos, hemos iniciado un proceso de producción masivo que ha simplificado toda su superficie habitable y cultivable, dejando apenas esquinas y recodos para la naturaleza, convirtiendo las tierras agrarias en quirófanos para producir alimentos, y los bosques en cultivos de papel y madera, hemos intoxicado nuestros océanos con plásticos y deshechos varios, recalentado el clima. Y al final, si hay un factor común denominador que une y regula todo, ese, es LA BIODIVERSIDAD.
Sandra Myrna, en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2019, recogió su galardón a la Investigación Científica y Técnica haciendo mención a estos mismos conceptos, a la BIODIVERSIDAD O DIVERSIDAD BIOlógica pero usó la palabra NATURALEZA, quizás porque resulta más fácil de abarcar para nuestras mentes esta definición: “el tapiz de la vida, del que formamos parte, que nos entreteje y nos atraviesa”. Y entonces su discurso fue poesía, y la entretejió con Cervantes, Lorca, y Miguel Hernández y viajó de las pinturas de Altamira a las de Goya para hacer llegar el mensaje de que ese tapiz está deshilachándose, y yo añado, a pasos agigantados.
En una ocasión yo dije algo así como la biodiversidad es a nuestra existencia lo que el amor a una relación humana, lo que nos une, nos alimenta, lo que da sentido y hace que funcione, que se mantenga en equilibrio… Hoy añadiría que además trabaja como Servicio de Prevención de Riesgos para la salud y el bienestar humano (muy barato y muy eficiente).
Y como casa 5 de junio se dan datos pero nada cambia, este año he decidido apelar a su amoroso batallar como hizo Sandra Myrna para acordarnos de que el tapiz se está resquebrajando y destejiendo….
“Cada hebra es muy frágil, pero el tapiz en su conjunto tiene la robustez de los muchos, una robustez hecha de innumerables fragilidades entretejidas. Dedico este premio entonces a todos los frágiles, de cuyo amoroso batallar depende hoy y dependerá en el futuro, la persistencia del tapiz de la vida”
Amanda del Río Murillo
Directora Técnica Fundación Global Nature