Los alimentos que los seres humanos consumimos cada día a lo largo de nuestra vida proceden de la biodiversidad agrícola. La biodiversidad es la base de la agricultura y de nuestros sistemas alimentarios.
La biodiversidad, la alimentación y la nutrición están interrelacionados. La biodiversidad contribuye a la seguridad alimentaria, al bienestar y a la nutrición.
Sin embargo la agricultura es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad.
Trabajamos recuperando la biodiversidad agraria a escala de explotación mirando al suelo: recuperar la materia orgánica del suelo es clave; para ello implantamos cubiertas verdes, evaluamos cómo y cuándo realizar una adecuada fertilización, o fomentamos prácticas tradicionales como los barbechos y la rotación con leguminosas.
A escala de paisaje fomentamos el mantenimiento o la recuperación de infraestructuras ecológicas: puntos de agua, setos o bosquetes, y franjas de vegetación natural que atraen a polinizadores son medidas que ofrecen resultados tangibles.