No mezclar churras con merinas: hoy hablamos de la churra, símbolo de tradición, resistencia y belleza
“No hay que mezclar churras con merinas” es una expresión popular muy utilizada y que hace referencia al error que comete una persona al mezclar temas que no tienen que ver con la cuestión que se trata.
Esta expresión viene del mundo rural y hace referencia a estas dos razas de ovino con características muy diferentes, que no deben mezclarse por diferentes motivos, uno de ellos por es que la lana de las ovejas merinas es más apreciada que la de las churras, porque la lana de estas últimas es más basta.
Hoy nos quedamos con la oveja churra: símbolo de tradición, resistencia y belleza natural. Se trata de una raza autóctona de Castilla y León, y una de las más importantes del país por la calidad de su leche y carne. Se caracteriza por sus proporciones alargadas y su tamaño medio, así como por su peculiar pigmentación centrífuga en negro. Es un tipo de oveja robusta y resistente, capaz de caminar largas distancias en busca de alimento. Además, puede soportar temperaturas extremas y está perfectamente adaptada al medio en el que se desenvuelve
Estas que te mostramos hoy pastan en el Parque Natural de La Nava, en Palencia, gracias a Jesús, su pastor, que las guía de manera sostenible, ayudando a conservar la naturaleza de humedal de La Nava y su entorno. El rebaño que gestiona Jesús es uno de los participantes en el proyecto Naturaleza Pastoreada, que abarca 15 explotaciones en 9 espacios protegidos. Se trata de poner en valor el pastoreo como actividad económica necesaria en el actual contexto del reto demográfico, para la conservación de la naturaleza, la recuperación económica y la lucha contra el cambio climático.
Naturaleza Pastoreada, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.