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Protegiendo oasis de naturaleza en terrenos agrarios

en Noticias 27 enero, 2022

La naturaleza no son sólo espacios verdes y frondosos, llenos de flores coloridas y ríos caudalosos, menos aún en España. Nuestro territorio está lleno de paisajes en gran parte ocres y sin árboles, y aun así es de los países con más biodiversidad de Europa. Esos ecosistemas son oasis de naturaleza, aunque no son fáciles de identificar, aparecen salpicando el paisaje llano de la estepa cerealista y en sus entornos hay especies de flora y fauna considerados como Hábitats Prioritarios a nivel europeo por la Directiva Hábitat. Es el caso de numerosas especies del género Limonietalia, o los albardinares de Lygeum spartum, ambas especies de flora que resisten en las más duras condiciones ambientales y dan cobijo a fauna de gran valor.

Fundación Global Nature (FGN) protege estos espacios, ya que su degradación ha avanzado en los últimos años a pasos agigantados, con un especial cuidado por su biodiversidad y, en concreto por las aves esteparias. La falta de comprensión de su importancia ha provocado cambios en sus condiciones naturales. De hecho, fue a principios del siglo pasado, cuando se desecaron más de 1.000 humedales, tanto continentales como costeros, con dos motivos principales: la sanidad (para evitar el paludismo, transmitido por los mosquitos) y ganar tierras para destinar a la agricultura. Desde entonces, se calcula que España ha perdido el 60% de sus lagos. Actualmente, los expertos estiman que el 70% de los humedales españoles están en mal estado de conservación debido a una inadecuada gestión.

A lo largo de sus casi 30 años de existencia, Fundación Global Nature ha trabajado en casi una treintena de estos humedales bajo un enfoque común y social, restaurando su vegetación y promoviendo un uso sostenible, a partir de estrategias de conservación vinculadas a financiación pública y privada.

Pero la recuperación está en camino, y FGN ha liderado proyectos que a día de hoy han permitido adquirir terrenos perilagunares en humedales manchegos y promover mejores prácticas agrarias. En el último año y gracias al apoyo de Aramco Europe ha sumado 21,5 hectáreas. De esa superficie, 11,1 hectáreas son tierras de uso agrario con muy baja productividad en la zona perilagunar (el margen) de la laguna Larga de Villacañas (Toledo).  Estos números se suman a una labor que ha supuesta la restauración de aproximadamente 400 ha y la implicación de casi 500 agricultores en esta comarca.

Herramienta clave: la custodia del territorio

En muchos casos, la figura de la Custodia del Territorio resulta fundamental para proteger estos oasis de naturaleza. El uso de esta herramienta puede realizarse en diversas maneras, pero siempre para optimizar el uso de los recursos y conservar de la biodiversidad del entorno. En algunas ocasiones, hay terrenos agrícolas que se han establecido en márgenes de humedales e incluso en el propio vaso lagunar; estas parcelas tienen una baja productividad y poco interés comercial pero un alto valor natural. Es entonces cuando la estrategia de conservación pasa por la compra de estos terrenos, como es el caso de la Laguna Larga de Villacañas, para cambiar su uso e iniciar procesos de restauración ecológica pasivas que consiste en realizar pequeñas actuaciones de mejora, pero se deja que ese ecosistema degradado recupere por sí mismo su estructura y funcionalidad.


El proceso de restauración ecológica realizado en las parcelas perilagunares ha consistido en una mezcla de estrategias de restauración activa y pasiva. Por un lado, ha sido activa porque se ha plantado en el perímetro de todas las parcelas, especies arbustivas mayoritariamente aromáticas y otras que son resistentes a suelos salinos, creando así un refugio de fauna, en especial de insectos, que benefician a las parcelas agrícolas vecinas al ser depredadoras de plagas y además sirven de alimento para aves esteparias. Por otro lado, la actuación ha sido pasiva porque se ha dejado que la vegetación silvestre crezca por si sola generando un proceso natural de recuperación de la flora típica de saladar, que además crea un hábitat que está protegido bajo la directiva europea.

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