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El papel de la biodiversidad en la industria agroalimentaria

en Noticias 17 abril, 2020
  • El sector agrario comienza a integrar y a reconocer la importancia de incorporar la diversidad biológica en sus estrategias de negocio
  •  Más de 100 personas participaron en el webinar organizado por la Fundación Global Nature que contó con presentaciones de los casos empresariales de Nestlé y Coca Cola

La relación industria agroalimentaria y biodiversidad es doble ya que por un lado la industria es uno de los motores de pérdida de diversidad biológica, pero por otro lado es altamente dependiente de su existencia y preservación. Por tanto, el reto es producir alimentos sin menoscabar la capacidad de los ecosistemas de producir otros servicios como la regulación climática.

Ilustrar estos ejemplos fue el objetivo del seminario organizado por la Fundación Global Nature el pasado 15 de abril donde se evidenció la necesidad de las empresas agroalimentarias de integrar los conceptos de capital natural y biodiversidad en su negocio, siguiendo la Jerarquía de Mitigación, es decir, implementando las mejores prácticas posibles para evitar y minimizar sus impactos negativos sobre la biodiversidad. 

En el seminario se presentó el proyecto “Solís Responsable” que Nestlé lleva a cabo en Extremadura con el objetivo de conseguir cultivos más sostenibles ayudando a los agricultores a la aplicación de medidas como la implantación de sensores de humedad, la elaboración de planes de riego o el uso de drones para el mapeo de cultivos. Desde su puesta en marcha en 2012, se ha conseguido reducir el consumo de agua en un 9% y el uso de pesticidas en un 10%.  “Uno de los resultados de los que estamos más orgullosos es que hemos conseguido extender estas buenas prácticas, logrando que más del 40% de las hectáreas de tomate cultivado en Extremadura a día de hoy esté inscrito bajo Producción Integrada” declaraba Diana Cubillas, del área de Sostenibilidad Ambiental de Nestlé España. El último paso ha sido la certificación de su fábrica de Miajadas (Cáceres) y de todo el proceso con el estándar internacional AWS (Alliance for Water Sewardship) para gestionar de manera sostenible el recurso del agua en la zona. Año a año la empresa implementa nuevas medidas específicas de biodiversidad como cubiertas de invierno, y entiendo que la iniciativa es una carrera de fondo, no un proyecto, pues la sostenibilidad es un camino y no una meta.

El Proyecto Cítricos Sostenibles de Coca Cola es otro ejemplo de empresarial para fomentar la sostenibilidad a escala de explotación agraria: “Mejoramos la competitividad y sostenibilidad de la producción de cítricos en España mediante el impulso de medidas que permitan la optimización del consumo de agua y fertilizantes” ha destacado Ana Gascón, directora de Responsabilidad Corporativa de Coca-Cola Iberia.  El desarrollo de las medidas recogidas en la “Guía Fanta de Buenas Prácticas Agrícolas” ha supuesto la aplicación de métodos de fertirrigación que han generado un ahorro anual de agua del 11,6% en las fincas y un incremento del 9% del calibre de la cosecha, lo cual ayudó a garantizar el mantenimiento de dichas prácticas a medio plazo por parte de los agricultores.

Finalmente la Fundación Global Nature expuso ejemplos de su trabajo con agricultores y empresas agroalimentarias como CONSUM, Borges o la Comunidad de Bardenas Reales, que ha generado un aprendizaje sobre cómo trabajar con cada eslabón de la cadena agroalimentaria, las diferentes motivaciones y necesidades a la hora de concretar objetivos, medidas, indicadores o métricas que ayuden a integrar la gestión y conservación de la biodiversidad en las producciones agrícolas y ganaderas. Un claro ejemplo de éxito es el proyecto LIFE Food & Bioodiversity y su herramienta Biodiversity Performance Tool (BPT) de evaluación y mejora de la biodiversidad en explotaciones agrícolas, que sienta las bases para la elaboración de Planes de Acción de Biodiversidad a medida para cada finca. Global Nature trabaja desde hace casi treinta años a escala de explotación y cuenta actualmente con una red de custodia de cerca de 25.000 hectáreas repartidas por todo el territorio, principalmente en Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Extremadura.