Aprendiendo sobre el impacto positivo del pastoreo: el pastor eléctrico que permite poner puertas al campo
Las vacas que conservan la zona del humedal en el Parque Natural del Prat de Torreblanca son vacas que pastan. Con su paso controlan la vegetación que colapsa el ecosistema, como, por ejemplo, el exceso de carrizo. Sirven como “trabajadoras de siega”, en palabras de la técnica ambiental de la iniciativa Naturaleza Pastoreada, Sonia Monferrer, parte de Fundación Global Nature. Durante los seis meses que el ganado estará dentro del Parque Natural (desde la semana que viene a, como máximo, agosto) realizarán un beneficio medioambiental a la vez que ayudarán quienes pastorean a tener sus animales alimentados de la forma más sana y al aire libre. En este caso, son vacas de carne. Para que sea posible la gestión “en forma y tiempo sobre una parcela concreta”, lo que se utilizan son los pastores eléctricos.
“Como las vacas no pueden estar por todas partes sin ningún control y debido a que no se pueden poner puertas al campo, tenemos este sistema en el que se colocan varillas de fibra de vídeo, con aisladores, y se pasa un cable que lleva corriente eléctrica con pocos voltios. Cuando las vacas se acercan, reciben una pequeña descarga, y ellas aprenden que cuando está ese cable no tiene que pasar por ahí. Así podemos gestionar el pastoreo en tiempo y espacio”, detalla Sonia Monferrer, que apunta que es un trabajo realizado dentro de la iniciativa Naturaleza Pastoreada, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.
Las vacas estarán aproximadamente en el Parque Natural del Prat de Torreblanca unos seis meses con una gestión planificada por un equipo técnico que permite moverlas con el objetivo claro de controlar la vegetación y generar un impacto positivo en el medio natural: las heces y el pisoteo mejoran la zona en la que están, con una medida de tiempo calculado ex profeso sin que haya colapso ni sobrepastoreo.
Los beneficios de este pastoreo son variados. “Las vacas se comen el carrizo y eso genera zonas abiertas, claros, que evitan que haya incendios y en caso de que los hubiera serían zonas en las que se podría parar el fuego ya que sería posible para ayuda del servicio de los bomberos”, explica Sonia que añade: “Este es un ejemplo, en el Prat, donde el ganado realiza una labor importante por el medio natural”.
Es ella quien, además de esta labor a pie de campo, lleva esta experiencia y conocimiento a la comunidad educativa. En concreto, durante el mes de febrero ha presentado el proyecto al IES el Prat, de Torreblanca, en teoría y práctica. Una vez explicado el trabajo en el aula, el alumnado se ha acercado a la parcela del Parque Natural y ha colocado las varillas y el cable de toda la primera parcela en la que entrarán las vacas la próxima semana. “Es la mejor forma de entender cómo funciona la gestión del ganado, a pie de campo”, añade Monferrer.


Fue en marzo de 2024 cuando ocurrió el gran hito: tras dos décadas de abandono, un rebaño de vacas volvió a pastar en el Parque Natural del Prat de Torreblanca con el objetivo de mejorar la situación de este entorno de alto valor natural. Una alianza de cuatro elementos fue la que lo hizo: la iniciativa Naturaleza Pastoreada, coordinada por Fundación Global Nature (FGN); el Ayuntamiento de Torreblanca, coordinado por el concejal de Agricultura y Ganadería de Torreblanca, Joel Antoni; el ganadero Alberto Garrido, propietario de las vacas, y Fernando Mansilla, quien ha cedido su parcela en el Prat de Torreblanca para habitarla al ganado.

Seis beneficios de la entrada del ganado
- Recuperación de una actividad sostenible que desapareció durante años en el Parque Natural
- Creación de franjas de discontinuidad para la prevención de incendios
- Mejora del pasto, ya que el ganado se alimenta de juncos y carrizo y da paso al crecimiento de vegetación más fina y pratense
- Creación de diferentes mosaicos dentro del Parque Natural, dando lugar al crecimiento de otras especies. Apareció una especie nueva que no se observaba desde hacía décadas, Bupleurum tenuissimum. (Esto pasó cuando entraron hace unos años el ganado de Fernando Robres en el Prat de Cabanes)
- Ayuda a la diversificación del hábitat, favoreciendo la diversidad y abundancia de invertebrados (insectos)
- Favorece la avifauna: aves sedentarias (Carricerín real) y migrantes (Carricerín cejudo, Escribano palustre) cuentan con más disponibilidad de alimento