Redescubriendo el papel de las abejas en la agricultura
Un campo repleto de abejas, polinizadores indispensables y amenazados, es un síntoma de que algo va bien para el agricultor. Desde la antigüedad, los agricultores sabían leer el significado de estos insectos y lo que representan. Pero con la intensificación de la agricultura, modas y exigencias del mercado, la presencia de algunos elementos naturales del campo en un momento determinado pasó a tener matices negativos. Y, sin embargo, ahora, los especialistas, e incluso la PAC nos empuja a ello. ¿Cómo se explica esto?
En la actualidad, hablamos de “bioindicadores”, aliados fundamentales para medir la calidad ambiental de los campos, y entendemos que las más de 1000 especies de abejas en la península son, además, de una prioridad para la conservación. Un beneficio global. Hoy en el Día Mundial de las Abejas, ponemos el foco en su valor.
En estos años, vivimos un reencuentro entre el saber tradicional y la ciencia agraria para consensuar qué se puede ganar cuidando de las abejas, insectos y toda la biodiversidad que alberga. Avanzamos en un camino que permita hacer más grande la agricultura. Los mensajes que nos manda la biodiversidad son muchos y todos ellos son síntoma del manejo de la parcela. Ahí es donde trabaja Fundación Global Nature, a través de proyectos como el Observatorio de la Biodiversidad Agraria (OBA), en la búsqueda de descubrir y fomentar una agricultura que trabaje a favor de la biodiversidad, no a costa de ella.
El éxodo rural del pasado siglo nos había desconectado del campo, de su observación y de interpretar la naturaleza. Es común decir que el agricultor vive pendiente del cielo, de las lluvias, de los calores y heladas. Pero lo cierto es que el agricultor a pie de campo también está continuamente atento a otro tipo de mensajes, los que manda la biodiversidad.
El conocimiento que tiene el agricultor sobre la flora y fauna que acompaña sus cultivos, y su significado, es más que evidente. La aparición de cierto tipo de malas hierbas puede darle la pista de que algo va mal con el abonado; o la presencia de arañas u otros insectos depredadores le tranquiliza, sabiendo que van a ayudar a controlar las plagas del cultivo.
Por eso, Fundación Global Nature apuesta por consolidar el idioma del campo, añadiendo lo que hemos aprendido a través de la ciencia y haciendo partícipes no solo a los agricultores, máximos referentes, sino a todos los ciudadanos. Porque recuperando este lenguaje podremos entender cómo hacer una agricultura más sostenible, basada en soluciones locales en alianza con la biodiversidad.