En el corazón de Tierra de Campos, un paisaje árido y estepario, descubrimos el importante papel de los humedales.
Además de albergar extraordinaria biodiversidad, proporcionan numerosos recursos y servicios a las poblaciones locales, y en su entorno se desarrollan actividades como la agricultura, la ganadería, la caza o el turismo.
Hasta mediados del siglo pasado Palencia albergaba el Mar de Campos, una gran laguna esteparia que cubría más de 2000 ha, siendo uno de los mayores humedales del interior español. Desgraciadamente, una visión errónea del desarrollo llevó a desecar casi completamente esta laguna estacional.
Nuestros primeros proyectos se centraron en la recuperación de lagunas asociadas al Mar de Campos, incluyendo la creación de un centro de información sobre estas en Boada, para luego extender las acciones a las lagunas asociadas al histórico Canal de Castilla. Gracias a estos trabajos, actualmente se han recuperado hábitats perdidos para la aves migratorias y se ha creado un nuevo destino ecoturístico que genera oportunidades para los vecinos.
Conscientes de la importancia que tienen estos humedales para un futuro desarrollo económico de la comarca a través del turismo de naturaleza, además de recuperar estos ecosistemas, dotamos a los mismos de las infraestructuras necesarias para poder interpretar y disfrutar del patrimonio natural existente en estos enclaves.
¡Observa en directo la vida de un humedal recuperado!
¿Qué ver según la estación del año?
El apogeo de la laguna ocurre durante el otoño y el invierno, cuando se podría observar conviviendo a multitudes de ánsar común (Anser anser), careto (Anser albifrons) e indio (Anser indicus), grulla común (Grus grus), cigüeña blanca (Ciconia ciconia), varias especies de anátidas y patos como la cuchara común (Spatula clypeata), los ánades friso (Mareca strepera) y rabudo (Anas acuta), el silbón europeo (Mareca penelope), el tarro blanco (Tadorna tadorna), la cerceta común (Anas crecca) o el ánade real (Anas platyrhynchos), aves rapaces como el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) o el aguilucho pálido (Circus cyaneus) y algunos limícolas como el avefría europeo (Vanellus vanellus) o el chorlito dorado (Pluvialis apricaria).
Durante la primavera, destaca el avistamiento de aves migratorias, y se tiene la oportunidad de ver especies que paran en la laguna de Boada a descansar y alimentarse como la espátula común (Platalea leucorodia), la garcilla bueyera (Bubulcus ibis), la garceta común (Egretta garzetta), la pagaza piconegra (Gelochelidon niloticao) o la gaviota sombría (Larus fuscus). Las aves limícolas destacan también en este período, como la aguja colinegra (Limosa limosa), la agachadiza común (Gallinago gallinago), el archibebe común (Tringa totanus), el andarríos chico (Actitis hypoleucos) o los chorlitejos grande (Charadrius hiaticula) y chico (Charadrius dubius).
En verano, cuando llega la época de nidificación y cría de muchas aves, se da la reproducción de varias especies en la laguna. De entre estas, destaca la gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), pudiendo ver en la isleta de la laguna la cría de decenas de parejas. También lo hacen la cigüeñuela común (Himantopus himantopus), la focha común (Fulica atra), el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), la cuchara común (Spatula clypeata), el tarro blanco (Tadorna tadorna), y los ánades friso (Mareca strepera) y real (Anas platyrhynchos).
El apogeo de la laguna ocurre durante el otoño y el invierno, cuando se podría observar conviviendo a multitudes de ánsar común (Anser anser), careto (Anser albifrons) e indio (Anser indicus), grulla común (Grus grus), cigüeña blanca (Ciconia ciconia), varias especies de anátidas y patos como la cuchara común (Spatula clypeata), los ánades friso (Mareca strepera) y rabudo (Anas acuta), el silbón europeo (Mareca penelope), el tarro blanco (Tadorna tadorna), la cerceta común (Anas crecca) o el ánade real (Anas platyrhynchos), aves rapaces como el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) o el aguilucho pálido (Circus cyaneus) y algunos limícolas como el avefría europeo (Vanellus vanellus) o el chorlito dorado (Pluvialis apricaria).
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