Cómo evitar que la vegetación devore el agua de las Tablas de Daimiel
- Fundación Global Nature colabora con el Parque Nacional gracias a su experiencia de décadas en la gestión humedales
- Para realizar las siegas necesarias en lugares de difícil acceso es clave el manejo de maquinaria anfibia, una herramienta muy desconocida en la península
El cuidado de las lagunas es complejo y pasa en gran parte por evitar que la vegetación gane espacio al agua. Las Tablas de Daimiel, uno de los humedales más emblemáticos de Casilla-La Mancha, afronta ahora un problema de estas características y necesita frenar la proliferación de plantas, como las eneas, que acaben devorando la lámina de agua. Fundación Global Nature (FGN), entidad referente en España en conservación de humedales, colabora con el Parque Nacional para enseñar a realizar las siegas necesarias con su máquina anfibia en lugares de difícil acceso y gestión como éste. Esta herramienta no es muy habitual en la península, pero resulta clave para la conservación de los humedales.
Fundación Global Nature lleva desde 2017 trabajando para solucionar este tipo de problemas en humedales de Castilla-La Mancha, Castilla y León y la Comunidad Valenciana. Por eso, ahora, ha prestado su conocimiento y ha verificado la capacidad de trabajo de esta maquinaria en distintas zonas secas y con agua del Parque que son en estos momentos el reflejo de la situación hídrica en cada una de las estaciones del año.
“Cuando las condiciones para segar son favorables, las aves se encuentran en plena época de cría en la que se debe evitar cualquier tipo de perturbación en el entorno que pueda afectarlas y, tras la época de cría, con la bajada del nivel del agua, la vegetación avanza y el suelo se encuentra en un estado fangoso que se hace impracticable para una máquina terrestre y, por supuesto, para los trabajos con personal a pie. Es importante tener todo esto en cuenta” declara el técnico de FGN especialista en gestión de humedales, Antonio Guillem.
Falta de herbívoros
La sobreexplotación del acuífero, junto con el descenso de precipitaciones que se vienen produciendo año tras año, ha hecho que se vea como, poco a poco, el agua del Parque va desapareciendo de su superficie. A día de hoy, Las Tablas tienen encharcadas 450 hectáreas de las 1.850 posibles, apenas un 24%. Esta falta de agua provoca, entre otras cosas, la proliferación de eneas (Typha sp.), una planta muy común de nuestros humedales también conocida por el nombre de tifa o espadaña. Su rápido avance hace que las tablas, se estén convirtiendo en eneales prácticamente imposibles de gestionar.
Ante la falta de herbívoros silvestres que frenen de forma natural este avance, los responsables del Parque Nacional trabajan en paralelo con diferentes herramientas que ralenticen la expansión desmesurada de la vegetación. La segadora, adquirida por Global Nature por medio del proyecto europeo LIFE Paludicola, es una maquina profesional, de 1.400 kg de peso, dotada de un sistema de desplazamiento mediante orugas de caucho que no dañan la superficie del suelo cuando circula fuera del agua. Su parte navegable está compuesta por flotadores resistentes al agua salada, como la que aporta el Gigüela de forma estacional a este humedal. Las siegas se están realizando en distintos ambientes (zonas secas, fangosas o con aguas profundas) para retirar la vegetación acumulada y, de esta forma, ampliar el área de espejo de agua.
Para el director de Fundación Global Nature, Eduardo de Miguel, «la gestión actual de los espacios naturales, requiere no sólo la moderación de diferentes acciones sobre los mismos, sino también una gestión activa que permitan recuperar el equilibrio ecológico alterado por miles de años de acción humana. El modelo de desarrollo socioeconómico en el entorno de estos espacios debe basarse, no sólo en un modelo único de promoción del turismo, sino en el fomento de la comercialización diferenciada en base a estos valores naturales y de biodiversidad y en la implementación de estas acciones activas de gestión del espacio en cuestión”