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Un día de altos vuelos: el estudio en vivo de las aves

en Noticias 25 agosto, 2021

La gran motivación de nuestro anillador cada día de madrugón no es sólo anillar el mayor número de aves o tener suerte con especies raras o las específicas del estudio, el carricerín cejudo en este caso; lo cierto es que el anillamiento de aves responde a la necesidad de estos expertos de hacer del mundo un lugar mejor. Los datos recogidos permitirán conocer mejor diferentes especies, principalmente las migratorias, y con ello tomar mejores decisiones para su cuidado, lo que implica medidas concretas para transformar hábitats, cuidar la naturaleza y, por ende, el planeta. El carrusel de paciencia que supone un día cualquier para un anillador de aves, empieza sobre las 4:50 de la madrugada, equipado con un kit con alicates, balanza, calibres, reglas, anillas una silla cómoda y una mesa consistente; y la esperanza de obtener buenas capturas.

 

UN DÍA CUALQUIERA DE UN ANILLADOR DE AVES

  • 4:50 – Comienza la jornada. Toca levantarse con un buen madrugón.
  • 5:20 – Ir hacia la laguna.
  • 5:50 – Comenzar a abrir las redes de anillamiento ya a poner reclamos de aves con sonidos de canto del carricerín cejudo.
  • 6:30 – Redes abiertas. Vuelta al coche y esperar hasta la primera ronda de anillamiento. Es momento del desayuno.

Hasta que se abre el día, el trabajo es solitario, pero permite el privilegio de estar en contacto directo con la naturaleza. Esta es una actividad reglada y es necesario conocimiento y un perfil formado para ejecutarlo, además de destreza: hay que elegir un lugar clave en el que desplegar una red muy fina, casi imperceptible para las aves, en las que queden atrapadas. Para nuestro anillador, por ejemplo, ese paraje implica que haya una laguna cerca. Si queremos, como es el caso, atraer a una especie en concreto, tenemos los “reclamos”, es decir, la reproducción de sonidos de esa especie para atraerlos.

  • 7:50 – Se une el resto del equipo de anillamiento. Ir a la estación de anillamiento.
  • 8:00 – Comienza la primera ronda de anillamiento. Ir a revisar las redes.
  • 8:30 – Volver a la estación de anillamiento con las aves capturadas. Identificación, toma de medidas morfométricas, anillamiento, apuntar la información en registro de anillamiento y suelta de las aves.

 

Anillamiento científico de aves. Marjal dels Moros. |  Fotografía de Ana García @lur_studio

Este es el ciclo: esperar el tiempo suficiente para que haya aves en las redes pero que, si quedan atrapadas, no les estrese demasiado, ya que durante todo el proceso su bienestar es lo prioritario. Con los ejemplares ya en mano, vamos a trabajar con rapidez y precisión para obtener la mayor cantidad de información en el menor tiempo. Lo primero es anillar al ave, por si esta se escapara durante la manipulación. Tras esto, se toman datos esenciales como el peso, el sexo y el estado del plumaje pero también están la longitud del pico, el ala, la envergadura, el peso o la grasa y el músculo, que se obtienen con esa popular imagen del experto soplando el vientre del ave. Por último, se libera al ave, que se va con la anilla puesta. Esta, es el elemento que permitirá identificar al individuo en cualquier lugar y toda la información que vaya unida y que estará siempre compartida. Seguro que alguna vez has visto algún ave con esa anilla en su pata. Repetimos el ciclo hasta en cuatro ocasiones

  • 9:30 – Comienza la segunda ronda de anillamiento. Ir a revisar las redes.
  • 10:00 – Volver a la estación de anillamiento con las aves capturadas. Identificación, toma de medidas morfométricas, anillamiento, apuntar la información en registro de anillamiento y suelta de las aves.
  • 10:30 – Comienza la tercera ronda de anillamiento. Ir a revisar las redes.
  • 11:00 – Volver a la estación de anillamiento con las aves capturadas. Identificación, toma de medidas morfométricas, anillamiento, apuntar la información en registro de anillamiento y suelta de las aves.
  • 11:30 – Comienza la cuarta ronda de anillamiento. Ir a revisar las redes y una vez revisadas, cada una de ellas se va cerrando hasta el día siguiente, y recogiendo los reclamos.
  • 12:15 – Volver a la estación de anillamiento con las aves capturadas. Identificación, toma de medidas morfométricas, anillamiento, apuntar la información en registro de anillamiento y suelta de las aves.
  • 13:00 – Recoger la estación de anillamiento y partida de la laguna a la oficina.
  • 13:30 – Sacar el material y dejarlo preparado para la jornada de anillamiento siguiente.
  • 14:00 – Finaliza la jornada.

Para que los datos sean completos y consistentes, los anillamientos suelen formar parte de una campaña que implica varios días y en distintos lugares. Esto no es sólo una recogida de información, como decíamos permite saber más sobre cómo funciona y se comporta la naturaleza para conservarla mejor. Además, representa ser parte de un tejido de conocimiento enorme, mundial. Por lo que, para un anillador como el nuestro, un día cualquiera le permite ser parte de esa red y quizás experimentar aún más la transcendencia del trabajo con alguna recuperación, es decir, capturar un ejemplar que anillado en cualquier otro lugar en el pasado. ¿Imaginas lo que puede suponer? 

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